domingo, 11 de noviembre de 2012

Mucho más de lo que se lee.

Esto de comenzar un blog dos meses después de llegar aquí hace que no se revelen muchos episodios dignos del recuerdo de todos nosotros. Otros, ya os digo que es mejor no conocer. 


No quiero hablar ahora sobre cosas que ya sé cómo acabaron. Sobre todo de cosas que ya acabaron. O cambiaron. O se modificaron. 



Guardo en mi memoria con cariño los viajes que hice con los míos. Porque eso sí, son los míos, y yo soy igual de suya. Si tuviese que describir con palabras cada viaje, como ya me pidieron que hiciera en una libreta roja que una amiga (sí, amiga) guarda con cariño, lo haría de la siguiente forma:



Cracovia y Auschwitz: Establecimiento de lazos de amistad. El grupo creció y se fortificó. Dicen que los viajes son los viajeros, y en este caso lo fue. Y en todos los siguientes. 

Se dio el comienzo de Cotorras. Nos hicimos las 4 inseparables. Cada una con nuestras cosas, pero aún así nos queremos como amigas de toda la vida. 
Podría contar más pero las guardo dentro de mí. Y espero que se guarden dentro de otros. 




Serbia; Belgrado y Novi Sad: Todo fue extraño. Se nos fue de las manos. Sinceramente, tengo un mal recuerdo del viaje. No sé si aquello era bonito, tenía mi cabeza en otro lado. Pero más allá de los edificios y las calles, terminó triunfando la amistad. 





Viena: Si en algún sitio hay más guaperas por metro cuadrado, es aquí. Pero ellos tenían sentido porque estabais vosotras para reíros conmigo. Un viaje en petit comité. Viendo la ciudad y sus Forever 21. 




Por ahora haremos un stop. Llegan los exámenes, las entregas y las exposiciones. Es verdad que la universidad es la excusa para llegar hasta aquí. La verdadera razón podría ser cualquier otra. 


...He visto más cosas de las que recuerdo y recuerdo más cosas de las que he visto.

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