lunes, 12 de noviembre de 2012

Desastrosos sucesos.

Aún no sabría describir bien estos últimos días. Dejando fuera el relatar la típica historia para asombrar a todos. Una experiencia para anotar, eso sí, anotar y notar.


Que invites a un chaval que conoces a que venga a tu casa con un grupo de amigos mientras eres Erasmus tampoco es tan difícil de entender, y si lo es, no lo ha sido para nosotras, pues no dudamos en dar un sí por respuesta. Como Mía dice, es mejor seguir confiando. No hay que cambiar. 



Quizás sí es más complicado entender por qué los dejamos encerrados en casa. No chicas, no voy a postear una foto de ellos. Ese no era nuestro objetivo. 

Era noche de termas. Puerta cerrada. Cristal roto. Salida inteligente. Desastre en la cocina. Dinero extraviado días después. 


Ruido, mucho ruido. Como diría el gran maestro. Ruido en días pasados. Pisados. Algún día olvidados.



Nada que no pueda borrarse con unas cervezas y un par de Jägesmeisters en Morrison´s 2. 

Ahogando los desastres en risas. Camuflados entre sonrisas. Silenciados con unos altavoces. Gracias chavales. 

1 comentario: