Amenazamos con volver.

Los últimos días en el Budapest del 2012 deberían guardarse para el recuerdo. Y digo deberían porque de la fiesta de ayer no nos acordamos mucho. El jäger y el vino no es una buena combinación. Incluso el jäger sin combinación no es una buena idea. 

Después de que en la última semana con mis amigos anulásemos nuestros planes de Praga para canjearlos por una ruta gastronómica en la capital húngara. 

Después de que viniese un amigo y perdiese dos (esta historia es muy interesante). 

Después de comernos todo los dulces disponibles en el McCafé y en el bookcafe Alexandra. 

Es decir, después de todo eso y muchas cosas más que se reservarán en nuestro recuerdo, fuimos de cena.

Hacer una cena puede tener motivo o no. Esta vez si lo tenía: Palinka se va de Budapest por Navidad. Volvemos a casa. Qué sensación más extraña recorre mi cuerpo al pensar en ello. Qué rareza.

Elegimos un buffet libre, y no sólo por comer todo lo que quisiéramos. La razón de peso era beber, lógicamente. Aunque después del medio litro de vino blanco la lógica empieza a perderse. Las conversaciones se tornan oscuras y los juegos salen a la luz (I´ve never ever...).

Risas y excesos. Y una de Corvinteto. Poco más puedo decir porque no lo recordamos. Así, en plural. 

Así que 'hasta luego Budapest'. 

Con un 'feliz Navidad familia'. Porque eso sí, sois mi familia húngara. Y aunque la mitad despegamos mañana, nuestra amistad no despega. Se queda aquí, esperándonos cautelosa en nuestro regreso. 

Os recordaré. En cada conversación. En cada pregunta de '¿cómo vas por alli?'. En cada chupito. En cada cubata con hielo. Bueno no, en eso no. Pero sí en todo lo demás. 

Prometo pensar en vosotros cuando me coma las uvas. Lo prometo. Y pediré volvernos a ver, al menos una vez cada año a partir del curso próximo. ¿Cómo será nuestra vida en nuestro anterior país? ¿Volveremos simplemente a la vida de antes como si no hubiese pasado nada? ¿Así, simple como el despertar de un sueño?

Os voy a echar de menos. Mucho. A nuestra vida de aquí. A mi familia y a mi casa. 

Volvemos pronto. Cuidadme mi ciudad mientras vuelvo.