miércoles, 5 de diciembre de 2012

Yo tan tuya y tú tan nuestra.

¡Belén, corre! ¡Está nevando! 
Corro desde la cocina hasta el salón mientras sonrío nerviosa. El parqué suena fuerte bajo mis apresurados pasos y la puerta de Mia tiembla. Me inclino hacia la ventana haciéndome hueco entre los demás. 
Ya veo como caen. Cientos de copos de nieve se precipitan lentamente sobre la Avenida Andrassy. Ya es de noche y a penas son las 17 h. Y nieva.
La ventana está abierta totalmente, pero no importa, 'it´s snowing!'. 
Nada importa. Ningún pensamiento invade mi mente mientras veo caer lo que con unos grados más serían gotas de agua. No hay nada en mi mente. Sólo vacío. Vacío y mi sonrisa. Qué sensación. 

Esta mañana cuando desperté (a las 4 porque tenía dos exámenes hoy, qué responsable yo) ya no quedaba nada. Miré por la ventana y lo que presumía ser ayer un manto blanco sólo era hoy acera mojada. 
Más tarde monté en el tranvía, camino de la Universidad. 
Entonces lo vi. 
Fuera de la urbe. Dónde los turistas sólo asoman de vez en cuando. 
El sol aparecía tímidamente dibujando ante mí la panorámica más bonita de mi querida Budapest. 
Desde el puente de la isla Margarita podía vislumbrar la cúpula blanquecina del castillo de Buda. Y el Parlamento. Todo está precioso. Bajo y me quedo observando. Ni siquiera noto el frío en la cara ante tan preciosa estampa. Me he vuelto a enamorar. 

No sabía que podía enamorarse alguien una y otra vez, cada día, y siempre de la misma cosa. Quizás sí si es cambiante. Te sorprende. Te cautiva y te atrapa. Y pensar, algún día deberé dejar esto. Y dejar aquí tantos momentos. Tantas cosas que quiero y adoro. Tantos lugares. Tantas personas. Los que fuimos aquí y los que nunca seremos. 
Aquí está un trozo de mí. Te lo dejo aquí, Budapest. Será tuyo. Tuyo para siempre. 

Mi puerta. Mi calle. Mi supermercado. 
Mi tranvía. Mi Universidad. Mis compañeros. 
Tus rincones. Mis lugares. Nuestros momentos. 
Tus palinkas. Nuestras borracheras. Tus jäger. Nuestras risas. 
Nuestros arrepentimientos. Nuestros atrevimientos. 
Tu presente. Nuestro pasado y nuestro futuro. 
Tú, eterna. Nosotros fugaces. 

El tiempo pasa, te hielas. Avisando nuevo año. 
Sonríeme. Yo lo haré siempre. 
Yo tan tuya y tú tan nuestra.

1 comentario:

  1. Acabas de plasmar en palabras lo que llevo pensando una semana...
    esa sensación de caminar toda la avenida Andrassy desde Ópera mientras te caen copos de nieve y siguiendo las bonitas luces navideñas...

    NO QUE ME ENAMORO

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