miércoles, 6 de febrero de 2013

Gloomy Sunday.

Mientras el río separa, los puentes unen.
Aún en Pest la majestuosa obra se ilumina ante mí. 
Plagado de leyendas, yo me reencuentro a mí misma siempre al observarlo. Szabadság hídPuente de la libertad. El puente verde.
La libertad, qué utopía entre humanos. Condenados siempre a ser interdependientes. 
Éste vibra al cruzarlo el tranvía. Mis pies se mueven al paso del 47. 

A la mitad del puente compruebo cuán fácil es suicidarse desde aquí. Sí, llamadme trágica. 
Dos leyendas envuelven a mi puente favorito de la capital húngara: 
La primera de ellas es, que si cruzas andando mientras pides un deseo, se cumplirá. La segunda es que es conocido como el puente de los suicidios. Sí, así, directamente, carente de anestesia.

Como comprobaréis el romanticismo lo dejé en casa. Aunque fueron los románticos los que por él se lanzaron. 
Así la corriente del Danubio los arrastraría y los arrancaría de la vida, al igual que un 'no' les arracó anteriormente el corazón. 
Buscar en el fondo del río lo que no encontraste en la superficie. Buscar un sí y encontrar un no. Sólo encontrar antónimos cuando lo que quieres encontrar son, como mucho, sinónimos. 
Pero el romanticismo ya quedó atrás. Ya no se envían cartas de amor. Quizás alguna indirecta escrita en twitter. Vaya comparación. 

Si sois unos románticos, dejad de leer.

Hungría sigue siendo uno de los países con el índice más alto en suicidios. Pero lo de los puentes (por lo que me contaron) es diferente. La mayoría gritan: ¡ayudadme! Dicen que es 'normal'. ¿Nostálgica tradición magiar? 
No lo busquéis en Youtube, porque encontraréis algunos suicidios grabados por morbosos desde mi puente favorito. (Belén, ¿lo hiciste? -sí-)

¿Sabéis que una canción húngara propició un suicidio masivo? Más de cien murieron y otras tantas lo intentaron. Szomorú Vasárnap -Domingo sombrío-. 

Gloomy Sunday, la canción maldita, por si tenéis curiosidad. Os la dejo en español ya que no tenéis ni idea de húngaro:


Los domingos son tristes. Horas sin dormir.
Cariño, las sombras con las que vivo son innumerables.
Pequeñas flores blancas que nunca te despertarán.
Allá donde la negra carroza te ha llevado.
Los ángeles no tienen pensado volver a ti.
¿Se enfadarán si pienso en unirme a ti?
Domingo sombrío.
El Domingo más sombrío, pasándolo junto a las sombras.
Mi corazón y yo hemos decidido terminar con todo.
Pronto vendrán las velas  y las oraciones, lo sé.
Pero no les dejéis llorar. 
Hacerles saber que estoy encantado de ir.
La muerte no es un sueño. Gracias a ella te puedo acariciar.
Con el último aliento de mi alma, te bendeciré.
Domingo sombrío.
[Soñando. Tan sólo estaba soñando.
Me levanto, y te encuentro despierta 
en lo más profundo de mi corazón. Aquí.
Cariño, espero que mi sueño nunca te hechice.
Mi corazón te está diciendo cuanto te quiero.
Domingo sombrío.]








Prohibieron versionarla después de la masacre social. La última parte que va entre corchetes la añadieron luego, para eludir el peso suicida de la canción.

Sigue siendo el puente más bonito de todos. Rodeado de misterios. De turistas. De viajeros. De ilusos. De suicidas. De tristes almas. De personas felices. De los que desconocen su historia y los que la conocéis ahora. ¿Acaso no era el verde el color de la esperanza? 
Ya haré otra versión de mi puente cuando me apetezca pedir deseos. 
Ahora, creo que voy a abrirme una heineken, que también es verde.




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