viernes, 10 de mayo de 2013

¿Y ahora qué? -25-.

Los te quiero de Mia de Diego a las 6 de la mañana cuando llega de fiesta hacen que no vuelva a conciliar el sueño. 
-¿Y tú qué hacías en casa?
-Y a ti qué más te da. Calla, luego te cuento. 

He abierto los ojos, he mirado mi pared y he visto, como cada mañana (las que duermo aquí, claro, pero eso ya es otra historia), mis mapas, mis recortes de revistas de diferentes lugares y mis búhos de Instant mirándome, con esos evaluadores de miopía simulando ser anteojos. 
Y ensimismada en sus ojos amarillos, he visto un 25. 


Fotografía de Juanma Glez. Luque ;)

25 días contigo. 
Tú, que me recibiste con calor y me has hecho tiritar de frío. Tú, que me enseñaste la calma de sentarme a leer en el césped y por la noche me empujabas a garitos en ruinas donde bebía cualquier cosa. Tú bipolar, y yo copiona, dejándome llevar. 
Me has hecho sentir la furia del mar golpeando las rocas en una noche oscura. Me has hecho llorar mientras reía. He disfrutado de tu silencio mientras yo te gritaba. Gritaba fuerte por si no me oías. 
Me he obsesionado con tu gente. Y con la gente que te pisa. Y con la gente que te toca. Y luego me has hecho olvidarlo, poniéndome la música tan alta que nada podía sonar en mi cabeza más fuerte que un I follow rivers
Y terminaba la canción. Y de la profundidad de mis pensamientos seguían surgiendo dudas. Dudas que tú acallabas con cualquier estrofa de Somebody that I just to know
Y me has llevado a fiestas. Puras americanadas que yo creí existir sólo en películas para adolescentes. Sin embargo, tú me hiciste un American pie en cualquiera de sus versiones

Te respiré. Te sentí. Me abrazaste. Te cambié nostalgia por olvido. Palabrerío por tu silencio. Y tú, tú no me has hecho llorar. Ni te has enfadado. Aunque tampoco me has amado, pero me has hecho amarte. Yo no te cambiaría por cualquiera. 
'Porque, sin buscarte
te ando encontrando
por todos lados, principalmente
cuando cierro los ojos.' (Cortázar, J.)

¿Y qué más da si no te poseo? Nadie posee nada. Me iré de aquí, recordándote. Ya tienes un trozo de mí. No puedo darte más. Sería injusto quedarme sin nada. Ahora tú sí me posees. Me zamarreas como una marioneta y luego me acaricias. Me empujas a verte. Ya te oigo. ¿Me llamas? Tu voz, que camina en el viento. Veo venir tu brisa a acariciarme el pelo. Se frena ante mí y observa mi mirada atenta. 

Algún día no estarás. 
No estarás en la calle. 
No estarás en el tiempo. 
No estarás en el murmullo ni en el sonido de los coches. 

No veré tu sombría luz. 
No habrá paprika en el menú. 
No estarás en mi sonrisa ni en mis 'hasta mañana'. 

Pero estarás en mis sueños. 
Tu aroma impregnado en un par de guantes. 
Estarás en las palabras que no se dicen. 
No estarás para nada. Serás pensamiento. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario